Nace en 1135 con monjes benedictinos traídos de santa María de Valverde, por iniciativa de los caballeros Alonso Bermúdez y su sobrino Pedro Osorio, donde sus antepasados habían construido una ermita bajo la advocación de S. Marcos. Se funda con el beneplácito de Alfonso VII. En 1147 pasa a ser cisterciense de la mano del monasterio de Sobrado, aunque la incorporación oficial no se produce hasta el 1201. Monasterio encomendado por los Ulloa y Andrade, sale de la crisis bajomedieval incorporándose a la Congregación de Castilla, surgida de la reforma del Císter.
Se abre una nueva etapa a finales del siglo XVI. Con los nuevos tiempos las viejas instalaciones desaparecen y son sustituidas por otras más acordes y con el crecimiento de la comunidad, 43 religiosos en 1795. Con la desamortización y exclaustración en 1835 comienza una etapa de abandono y ruina, que no pudo ser detenida ni por el Arzobispado de Santiago, ni por Rodrigo Pardo, propietario de la fábrica de curtidos La América de Pontedeume, quien intentó restaurar la vida monástica.
En 1620 se comienza a construir la iglesia actual, de planta de cruz latina, cubierta con bóveda de medio cañón con casetones. En 1750 la bóveda de todo el cuerpo de la iglesia se resquebraja amenazando ruina, por lo que se desmonto hasta la cornisa y se volvió a recomponer. En 1677 el cimborrio ya había sufrido por tres veces los efectos de los rayos, lo que obligó, a su reparación. A principios del siglo XIX, la Guerra de la Independencia detuvo las obras, de manera que no se pudo reparar hasta el cuatrienio de 1815 a 1818. A los pies posee un coro alto, desde él se ve una amplia perspectiva de la nave con su bóveda de medio cañón.
En 1656 se inauguró el templo. La fachada, recorrida por cuatro columnas gigantes, es barroca en su decoración, de una ruda estructura clasicista. En 1879, debido también a un rayo, se vino abajo la mitad de la torre de la izquierda, arrastrando todo el flanco hasta prácticamente la columna.
Del primitivo claustro renacentista de la hospedería, además del tránsito con bóveda estrellada que lo comunica con el claustro de las procesiones, han llegado hasta nuestros días las cuatro columnas correspondientes a las esquinas del lienzo meridional. Del actual, sólo se levantó un lienzo, entre 1803 y 1807, en tiempos del abad don fray Ruperto Martínez.
El claustro de las procesiones o regular fue proyectado por Juan de Herrera y estaba terminado cuando muere en 1575. El piso inferior, de resabios góticos, muestra la influencia del claustro de la catedral de Santiago, pero el piso superior, con columnas toscanas con zapatas y bajo pretil, es renacentista. El cerramiento de este claustro, le da un aspecto barroco, se realizó en 1786. Entre los años 1683 y 1685 se construyó la fuente. El claustro oriental, donde estaba el calefactorio y dormitorio, es un enorme corral, sin un proyecto unitario, realizado entre principios del siglo XVII y 1755.
Detrás de la capilla mayor, construida en 1716, se encuentra la chirola. Su función esta relacionada con la necesidad de altares donde pudiesen oficiar los que no pertenecían a la comunidad, aunque también hizo de sacristía. En el extremo sur del crucero, está la antesacristía y sacristía, cuya configuración actual es de 1790. La sala capitular, contigua a la sacristía, fue realizada entre 1671 y 1684.
Desde la segunda década del siglo XVIII, el archivo, estaba situado en un cuarto del claustro oriental, trasladándose entre 1756 y1758 a encima de la antesacristía. En esta parte oriental del claustro regular se encontraba también la librería o biblioteca, hecha en 1790, y el capítulo alto.
En el norte del claustro regular, está el refectorio o comedor, gran sala de bóveda de cañón con casetones, a la que se accede por una puerta de arco carpanel, en cuya clave está grabada la fecha de 1611. Debajo del refectorio se hizo, entre 1783-1786, una bodega. Haciendo pared con el refectorio se encuentra la cocina, cuyo recubrimiento abovedado es soportado por dos gruesas pilastras. Es obra realizada entre 1775 y 1778.
En la capilla mayor, se encuentran los sarcófagos de Nuño Freire de Andrade (1431). En el lado meridional de la nave del crucero, dispuestas en paralelo, se encuentran, según inscripciones, las laudas sepulcrales de Fernán Pérez de Andrade y de su hijo, Diego de Andrade, muertos hacia 1470 y 1492 respectivamente.
A la entrada se conserva una pila de pie poligonal, posiblemente no el original, sobre el que descansa el recipiente circular, decorada con una serie de arcaduras. Con la desamortización los retablos fueron repartidos por las parroquias cercanas. Los restos del retablo mayor están depositados en el coro. En la iglesia se conserva la imagen de S. Bernardo que estaba situada en una de sus calles. En la pared norte del crucero se ubica el retablo de la Virgen de la Cela, Virgen muy milagrera, cuya fiesta se celebra el primer domingo de julio.
El retablo actual es de piedra. Fue mandado realizar por el abad fray Basilio Valentín, siendo terminado el año de 1666. La Virgen estuvo en un principio en una ermita, construida encima de una fuente, cerca del monasterio. En 1854 la Virgen, que no debía de ser ya la primitiva, fue trasladada a S. Fiz de Monfero, de donde regresó con anterioridad a 1887. Hoy día es una de las pocas imágenes que siguen ocupando el lugar que tenía antes de la exclaustración.
Información de interés.
Se pueden visitar los exteriores y entorno del monasterio.
Para visitas al interior consultar horarios en la web del Concello de Monfero,
Rebordelo nº1 - San Félix 15618 Monfero (A Coruña)
Albatros Alojamiento Pontedeume
Rua Real, 28
15600 Pontedeume, A Coruña. España
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